Te contamos un Buen Suceso:
Dos amigos. Dos mundos. Un Buen Suceso.
Dos amigos. Dos culturas. Dos mundos. Un viaje, un reencuentro: Oaxaca, México.
Días enteros bajo el sol, caminando entre inmóviles agaves. Paisajes verdes y marrones. Colinas infinitas. Cielos colmados de nubes navegantes.
Tierras colmadas de agaves.
Un cambio de ruta, un extravío entre las múltiples veredas de la sierra los llevó a un pequeño pueblo resguardado por altos cerros.
Acogidos con una calidez y amabilidad extraordinarias, se convirtieron en los invitados de honor de los lugareños. Comieron con ellos y brindaron con su mezcal.
Presenciaron un tiempo aparte. Fueron testigos de una apacibilidad y felicidad colectiva añorada en cualquier otro lugar del mundo. Quisieron descubrir el secreto y al preguntarles la fórmula, los lugareños respondieron:
todo está en el mezcalito. ¡salud!
Aquella noche, al dejar ese pueblo mágico y a esa gente mágica, los dos amigos sintieron el compromiso de transmitir su experiencia con el mundo. La única manera de hacerlo era a través de esa inigualable bebida.
Únicamente a través de ese mezcal, ellos podrían transmitir ese fantástico “Buen Suceso”.
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